jueves, 10 de febrero de 2011

Una carta que duele

Cristina y Enrique Schott son los padres de Juan Enrique, uno de los jovencitos atropellados el 26  enero en el accidente que costó dos vidas en el acceso norte a la ciudad.



Cuentan que “era nuestro único hijo lo queremos mucho y lo querremos siempre. Lo dejamos ir con sus 17 años porque como padres uno pretende, además de amarlo, que conozca y darle libertad con responsabilidad..."
"Él, junto con sus amigos Nehuen, Eugenio y Jorge son grandes amigos, y este viaje lo empezaron a soñar desde el principio del año pasado.
Termino muy mal, se fue nuestro mejor sueño, un pedazo de nuestra alma; nuestro amigo; nuestro compañero, y  ya no tenemos mas lagrimas, se nos acabaron.

Entendemos las razones del accidente, las explicaciones, el porqué, pero no nos alcanza para mitigar la tristeza que tenemos.

Quisiéramos decirle a quien segó la vida de nuestro hijo y de sus amigos, que no lo odiamos, que nos da lástima, que no se da cuenta de su irresponsabilidad, que terminara dañando a alguien más o a su propia familia.

Solo queremos decir que nuestro hijo está en nuestro corazón y que ya no podremos compartir algunas cosas, solo nuestro amor hacia él, lo más grande que tuvimos.

Les mandamos una foto para que no sea solo tristeza; Nuestro hijo tiene una sonrisa hermosa”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario