lunes, 28 de febrero de 2011

Informe especial: Buena producción de fruta fina

Ya con las últimas tandas de frutillas y frambuesas, los chacareros de la zona mostraron conformidad con la temporada y los rendimientos alcanzados.

La actividad concentra a casi trescientos productores en la Comarca Andina que en esta temporada han alcanzado rindes estimado en casi 1800 toneladas, tanto para venta en fresco como para la industrialización.
Aproximadamente un tercio se nuclea en una cooperativa con sede en El Hoyo, que es el valle de mayor superficie plantada, aunque hay otros que se mantienen en forma independiente y en los últimos meses hay otros intentos de sindicalizarse para llegar a los auxilios financieros del estado chubutense.

En tanto, del lado rionegrino las principales demandas siguen en torno a la asistencia crediticia y técnica, aunque en los últimos años esto ha sido complementado por organismos nacionales, como el INTA.

Sin contar la zafra de rosa mosqueta y otras especies silvestres como la murra y el calafate, se calcula que la cosecha anual rondará ingresos por unos 15 millones de pesos, que se eleva en otros 47 millones si se suman los casi 10 millones de frascos de dulces y conservas que se producen en plantas instaladas en el mercado zonal.

En relación a los puestos laborales que genera el sector, se citan unos 1100 permanentes, más otros 2000 en etapa de recolección.

En definitiva, el cultivo de la fruta fina “es una agroindustria creciente y en pleno desarrollo”, coinciden productores y técnicos. Estiman que “con sólo algunas inversiones más en infraestructura (cámaras de frío, por ejemplo), se convertirá en uno de los pilares del despegue socioeconómico de esta región patagónica”.

Ensayos recientes en arándanos (en El Hoyo); más frutillas en valles de El Maitén y Cholila y “las 70 hectáreas de frambuesa financiadas el año pasado” (también en El Hoyo), han llevado “a casi 300 hectáreas la superficie total en explotación. A las que hay que sumar otras 20 hectáreas de vid de la bodega Patagonian Wines”.

Trabajadores

Según el diagnóstico de la situación de los trabajadores cosecheros en la Comarca Andina (datos recientes del Foro Federal de Fruta Fina), El Hoyo cuenta con la mayor cantidad de establecimientos y sigue la misma tendencia en porcentaje marcada por la superficie.

Acerca de la “movilidad y origen de la mano de obra”, unos 25 establecimientos (10%) traen mano de obra de fuera de la región, pero cuentan con unas 70 ha totales, lo que representa el 32 % de la superficie cultivada total, lo que significa “que son productores más grandes”.

Se separaron las necesidades de la cosecha de mosqueta “para mejor interpretación de lo que ocurre con en el sector de frutas cultivadas”, explicaron.

En el pico de cosecha, se contaron con más de 400 cosecheros de fuera de la región, sobre una cantidad total de 920 para la primera quincena de enero, lo que representa casi un 30% del uso total en ese periodo. Otro porcentaje alto de chacras declaró que realizaron la búsqueda de mano de obra, es decir que mueven vehículos para traer y llevar cosecheros a sus explotaciones.

Treinta y cinco establecimientos reconocieron “tener mano de obra faltante”, al tiempo que reclamaron la competencia estatal “para capacitar en origen”.

No obstante, el mayor déficit “sigue en relación a que no podemos mantener todo el año a esos trabajadores”.  A la hora de encontrar soluciones, como punto de partida se vio la necesidad de contar con información actualizada y cuantificada de la situación de la mano de obra temporaria de cosecha. Para ello se realizó una encuesta directa a productores y este verano en algunos municipios se instrumentó una bolsa de trabajo.

Etapas

En diciembre comienzan las demandas de mano de obra para cosecha en Comarca Andina. La primera quincena está marcada por frutilla y cereza.

En la segunda quincena es mayoritariamente cereza y comienza la frambuesa y cassis.

Enero es el mes de mayor demanda de mano de obra. En la primera quincena esta influenciada por frambuesa, cereza principalmente, y también aparece el cassis, corinto, guinda, etc. A valores mensuras en 2008. por ejemplo, en el pico, se necesitaron 943 personas y trabajaron unas 729.

La necesidad de cosecheros “va decayendo hacia el otoño desde el pico de la primera quincena de enero hasta mayo. En febrero comienza la mora y las
frambuesas reflorescientes; y por ultimo las cosechas a fines de marzo abril y mayo, correspondientes en su mayoría a la variedad Autumn Bliss , que es la más plantada con más del 50% de la superficie.

Cultivos

La frambuesa “sigue siendo la especie más cultivada, y en segundo lugar la cereza”, sin registrarse variantes respecto al censo de 2003, al igual que en la mayoría de los otros cultivos. “Si se han producido cambios en arándano, que va creciendo lentamente, y en la frutilla, que llamativamente disminuyó mucho su superficie cultivada, quizás porque cedió espacio ante la cantidad y calidad evidenciada en otros mercados”, estimaron expertos consultados.

Frutos silvestres

Además de las frutas cultivadas, existe un importante volumen de cosecha basado en la recolección de fruta silvestre, especialmente rosa mosqueta, cuyo fruto se utiliza para la elaboración de pulpas y dulces, cascarilla para infusiones y aceites esenciales de uso terapéutico. Otras especies utilizadas y no cultivadas son la murra, el calafate y el sauco.

En la recolección silvestre de mosqueta, con plantas de elaboración establecidas en Cerro Radal (Lago Puelo) y El Blanco (Cholila), intervinieron la temporada pasada unas 600 personas, de las cuales el 25% son foráneos. En general. “hubieran hecho falta el doble para cosechar óptimamente y se proyectan 800 personas para abril y mayo próximos”, evalúan.

Al empezar, a fines de marzo “la demanda de esta especie, es complementaria con la de fruta, por lo que cualquier organización que se logre para superar el faltante de mano de obra de enero, febrero, puede seguir con empleo en marzo y abril para la cosecha de mosqueta”, dicen los impulsores de una cooperativa de trabajo en formación. Como complemento, “podríamos agregar los hongos de pino en otoño y de ciprés en primavera”, especulan.

Ventajas comparativas

Existen ventajas comparativas que permiten un crecimiento sostenido de la actividad: desde “el clima favorable, la poca difusión de enfermedades y plagas, los suelos aptos y una época de cosecha ventajosa. Los productos ofrecidos están perfectamente definidos y son casi únicos en el mercado”, valoran profesionales de Corfo Chubut.

El sector industrial “tiene una alta participación en la demanda de fruta y comprende distintos procesos como el enfriado y congelado, la elaboración de confituras y de pulpas”. Con todo, la producción de fruta fina “ya sobrepasa ampliamente en la región a otras actividades tradicionales como la industria forestal, la ganadería y la horticultura”.

El papel de las instituciones oficiales en el desarrollo de la actividad frutícola “es sumamente importante”, resaltan los productores.

En los últimos años, el INTA, CORFO Chubut y el Ministerio de Recursos Naturales de Río Negro han conformado un grupo técnico que trabaja en forma conjunta, que facilita “canalizar gestiones y llegar en tiempo forma con los aportes demandados”.

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